Kenji Fujimori
dice que su madre no fue torturada sino que le aplicaron un proceso de
rehabilitación oriental llamado "moxibustión". Kenji, pues, desmiente
las denuncias de su madre ante varios medios y su declaración ante el Congreso.
Por esa razón transcribo lo que dijo Susana Higuchi en sesiones reservadas de
la Comisión presidida por el congresista Mauricio Mulder e integrada por los
congresistas Pedro Morales, Carlos Almerí, Dora Nuñez y Daniel Robles:
CUESTIONES DE
HECHO
1.- La
congresista Susana Higuchi Miyagawa, en sesiones reservadas, declaró en resumen
lo siguiente:
“Yo he venido a
servir a la Patria ,
no he venido acá a servirme o a robar a nadie, y entonces le decía a él –refiriéndose
a AlbertoFujimori- lo negativo de palacio, y la orden era desaparecerme fuere
lo que fuere”.
“Efectivamente él,
el mismo Fujimori de manera personal, echó Pharation en los aparatos de aire
acondicionado de la alcoba presidencial”, señalando que, como consecuencia de
haber llegado a inhalar parte del indicado veneno, sintió “nauseas y no podía
respirar”.
“En una
oportunidad anterior me trato de agredir con un machete, antes de entrar al
desayuno, y en una actitud así y con una cara endiablada, y tuve que gritar los
nombres de mis amigas quienes vinieron corriendo”.
“Ya narré la vez
pasada lo de las comidas envenenadas, una me produjo una úlcera. También me
daba medicamentos y los hice examinar y eran adulterados”.
“Me tumbaban y me
comenzaban a golpear en los brazos, en las piernas, y no sé qué me pondrían en
la nariz y en la boca –éter o formol, menciona más adelante- y ya me llevaban
medio atontada”, a que le aplicaran electroshock.
“Con violencia me
llevaron a un sótano –en el Cuartel General del Ejército- donde no se podía
percibir un ápice de luz… una tortura hasta que caí desmayada, cuando me
desperté no sabía dónde estaba”.
“Sufrí torturas
con electroshock... fue luego de la denuncia de la ropa donada, luego del
autogolpe, y dentro de los cuatro meses que me mantuvieron encerrada en el
Pentagonito, en el Servicio de Inteligencia del Ejército”, precisando que la duración
de estos atropellos tenía una duración de dos a tres horas, “mientras que me
amarraban, hasta que me torturaban y luego me ponían el electroshock”.
“El presidente de
aquel entonces y mis cuatro hijos se fueron al SIN, al Servicio de Inteligencia
Nacional en Chorrillos y me dejaron sola –en la residencia de Palacio de
Gobierno, donde fue confinada- sin agua, sin luz, sin teléfono y sin ingresar
mi cotidiana compra de alimentos para yo poder cocinar”, agregando que cuando
escapó su amiga René de Odría la encontró con 38 kilos de peso.
“Pero cuando
Vladimiro Montesinos me dice que él ha estado metido en todo, que él admite que
ha estado metido en muchas cosas negativas, pero que no en narcotráfico ni en
crímenes de lesa humanidad, yo dije: Ah no, éste está mintiendo. Él aceptó
cumplir órdenes del expresidente Fujimori”.
2.- El doctor Luis
Abelardo Renteros Pineda, abogado de la entonces Primera Dama de la Nación , ha corroborado sus
declaraciones, atestiguando ante la comisión que:
“Eso demuestra
una serie de hechos que poco a poco se va vislumbrando –en el sentido- que lo
que decía Susana en ese entonces era cierto: persecución, acoso psico-social y
todo lo demás, e intento de asesinato”.
Al respecto, debe
señalarse que no se ha podido concluir la investigación de este caso, en razón
de no haberse podido identificar a todas las personas que podían estar
implicadas en la comisión de los delitos, tarea que merece ser abordada y que
debería encausarse hacia alguna de las alternativas que en su momento sea
aprobada por el Pleno del Congreso, para dar tratamiento y curso a los temas
pendientes.
En tanto ello se
decida, y siendo este informe uno de carácter final que no puede suponer una
contingencia aún no ocurrida, estimamos que lo actuado debe remitirse al
Ministerio Público, para los fines de investigación y acusación
correspondientes.
CONCLUSIÓN
Existen indicios
razonables que Alberto Fujimori Fujimori habría incurrido reiteradamente en
tentativas de uxoricidio en agravio de Susana Higuchi Miyagawa, en ese entonces
su cónyuge, así como que tuvo conocimiento, dispuso y/o consintió que fuese
secuestrada, acosada, perseguida y torturada.
Páginas 36, 37 y
38 del informe final de la Comisión
Investigadora de la gestión presidencial de Alberto Fujimori
(15 de junio del año 2002)
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